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21 de marzo de 2012

No hay relación entre obesidad y consumo de refrescos: ANPRAC

Miguel Ángel Pallares Gómez

La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) y el organismo empresarial ConMéxico coincidieron en que actualmente no existe evidencia entre el incremento de la obesidad en nuestro país y el consumo de alimentos y bebidas con contenido calórico como refrescos y botanas.

Emilio Herrera Arce, director general de la ANPRAC, dijo: “no existe evidencia estadística que compruebe una relación de consumo de refrescos y la obesidad”, sin embargo, añadió que como industria han realizado diferentes campañas para promover la salud física de las personas.


Aceptó que el incremento de la obesidad es un tema de salud importante en el país, pero argumentó que su sector va a la vanguardia sobre información nutrimental en sus etiquetas, respetan el marco jurídico nacional e internacional en materia de publicidad dirigida a niños y han buscado incrementar la oferta de productos light.

“Hemos buscado ser una industria responsable para concientizar que el problema de obesidad no está ligado a un producto sino al equilibrio energético”, dijo.

Señaló que México se mantuvo en 2011 como uno de los principales consumidores de refresco a nivel mundial, con un mercado que asciende a cerca de 17 mil millones de dólares, equivalente 16 mil millones de litros anuales.

Consideró que nuestro país ya tiene un mercado maduro en cuanto al consumo de refresco, el cual tuvo un “buen crecimiento” en 2011 por arriba del 3 por ciento.

Estimó que para 2012 la industria refresquera crecerá al mismo nivel que el año pasado, sin embargo, se contarán con eventos que matizarán el consumo como las elecciones presidenciales y las dificultades financieras a nivel mundial.

El directivo precisó que el consumo per cápita de refresco en México es de 154 litros anuales y señaló que el mercado mexicano todavía tiene mucho potencial, por ejemplo, en productos bajos y sin calorías, así como en el segmento de agua embotellada, donde la industria ha hecho un gran esfuerzo para dar una oferta diferenciada.

Por su parte, Lorena Cerdán, directora general de ConMéxico, aseguró que los documentos recientemente enviados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no recomiendan gravar al sector de alimentos y bebidas, sino más bien planean cuestionamientos en torno a los hábitos de consumos de las personas.

Rechazó la propuesta de gravar alimentos, bebidas o materias primas, pues dijo que este tipo de iniciativas no están a favor de la salud pública sino tienen plenamente fines recaudatorios.

Agregó que países europeos como Dinamarca, donde se han gravado las grasas saturadas, no se ha visto una baja en el consumo. Asimismo, pidió a las autoridades mexicanas que en caso de buscar aplicar un impuesto al sector de alimentos y bebidas, primero deberán garantizar que los consumidores no migrarán al sector informal.

“Nadie puede determinar que un alimento causa obesidad, la obesidad tiene que ver con mucho factores. Los juicios emitidos respecto a aplicar impuestos se han hecho a la ligera, son simplistas y políticamente rentables”, manifestó.
 

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